La
semana pasada, durante 18 horas, Uruguay importó energía desde
Argentina. Fueron en total 150 megava-tios (MW). Una compra de este tipo
no sucedía desde 2015. La decisión fue producto de la seca que afectó a
parte del territorio nacional y que dejó a las represas hidroeléctricas
con un nivel de agua por debajo del ideal, como informó El País ayer.
Días
atrás, a este escenario se sumó otro elemento: menos viento. Así, los
parques eólicos tampoco aparecían como una alternativa para saciar la
demanda energética de los uruguayos en determinados momentos.
El país
también cuenta con centrales térmicas —donde se quema un combustible
fósil, como el petróleo, para producir energía eléctrica—, pero recurrir
a ellas hubiera sido una opción más costosa que esta compra puntual que
se realizó a Argentina, afirmaron autoridades.
La
directora de la Dirección Nacional de Energía del Ministerio de
Industria (MIEM), Olga Otegui, dijo ayer que lo que se procuró con esta
importación fue un "manejo oportuno de cuál es la fuente" que había como
alternativa a las térmicas locales. "Argentina nos lo ofreció y nos
pareció oportuno aprovecharlo", añadió la jerarca en declaraciones al
programa Informe Nacional de Radio Uruguay.
La misma
emisora procuró la palabra de Ernesto Elenter, socio de SEG Ingeniería,
una consultora especializada en eficiencia energética. Elenter afirmó
que la "integración energética es buen negocio para todas las partes" y
recurrió a un ejemplo para ilustrar esto. En momentos donde Brasil tenga
más agua que Uruguay en sus represas —con costos de generación más
bajos y excedente de energía— a Uruguay le conviene en lugar de prender
una central térmica comprar la energía que precisa a este vecino. Lo
mismo sucede en el caso contrario, y en esa ocasión será Uruguay el que
venda a alguno de los otros países del vecindario.
"Creo
que hay que quitarnos ese prejuicio de que si importamos energía algo
anduvo mal", sostuvo Elenter. "Por el contrario, si hubo importación de
energía y no fue debido a escasez de oferta en Uruguay es que hicimos un
buen negocio", apuntó.
La
importación desde Argentina sustituyó el despacho de la central térmica
de Punta del Tigre, había dicho a El País el gerente de la
Administración del Mercado Eléctrico (ADME), Ruben Chaer.
Había
explicado, además, que la central térmica que tiene menor costo para
Uruguay son los motores de Central Batlle (un costo de generación de
US$ 106 por megavatio-hora, MWh). Le siguen las turbinas de
Punta del Tigre (US$ 146 MWh). Argentina, por su parte, ofreció a US$
120 y por eso fue que las autoridades decidieron recorrer este camino en
lugar de prender Punta del Tigre.
Cuestionamientos.
Ayer,
luego de conocida la noticia de la importación desde Argentina, hubo
quienes —como el senador colorado José Amorín— cuestionaron el precio al
cual Uruguay compró esta energía. "Uruguay vende a US$ 30 y Argentina a
US$ 120, ¡cuatro veces más!", escribió el legislador en su perfil de
Twitter.
El
gerente de ADME expli-có, sin embargo, que no hay que prestar atención
al precio sino al margen de ganancia de la operación. "Si compramos a
US$ 120 es porque el costo de generación en Argentina debiera
ser aproximadamente US$ 90/MWh y su margen de ganancia fue US$ 30 y del
lado de Uruguay sustituyó la generación de térmica a US$ 146/MWh, por
lo cual nuestro margen de ganancia fue US$ 26/MWh", detalló.
Esto se
apoya en que cada mercado —Uruguay o Argentina— pone a disposición del
otro recursos que no usará más un margen de ganancia. Este, dijo Chaer,
varió entre US$ 35, US$ 100, US$ 50, y a partir de 2016 ronda los US$
30/MWh. En 2016 y 2017 "vendimos mucho excedentes de costo variable nulo
(hidráulico, eólico, solar) y de ahí que el precio de venta ronde los
US$ 30", precisó Chaer. "También les vendimos térmicas y en esos casos
el costo fue US$ 130, US$ 180, según el costo variable del térmico de
que se trate", añadió.
Chaer
subrayó que en este escenario "lo único que importa al momento de
generar o dejar de generar son los costos variables de generación (…) y
si se mira por el precio de las transacciones puede parecer muy
asimétrico" pero "si se mira por el lado de cuánto gana cada uno no es
tan así", indicó.
Los
sistemas eléctricos, dijo el gerente de ADME, se "apoyan mutuamente"
cuando ocurre una emergencia. "Pero hay que resaltar que los
intercambios recientes no son por razones de emergencia sino que son
puramente de beneficio económico", planteó. Uruguay podría haber sido
autosuficiente, "solo que nos saldría un poco más caro y siempre se
busca minimizar el costo de generación", remató.
El Pais
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