Era una de las que defendía y defendía a Venezuela y el régimen, pero
se puso tan difícil la situación en mi país que uno siente que pierde la
vida". Sofía Hernández (36), una docente de educación preescolar y
especial venezolana, sabe que su afirmación es tan dura que puede sonar
exagerada, así que de inmediato aclara: "No dramatizo".
VIVIANA RUGGIERO sáb abr 4 2015
Cuenta que sufrió en carne propia lo que informan los medios. Vivió la escasez de comida, la falta de objetos esenciales como el papel higiénico y la carencia de medicamentos.
"Las compras se hacen con la cédula, por ejemplo, la mía termina en
seis y me toca comprar los jueves. Solo ese día puedo ir al
supermercado. Hay filas eternas, imagínate a las personas mayores
haciendo una cola de 300 personas", relata.
Dice que la inseguridad se volvió "terrible", que ir a la playa es
imposible porque los coches son interceptados en la ruta y que ella
misma fue víctima de un secuestro.
Ese fue el quiebre, el momento justo en el que sintió que el futuro estaba afuera de fronteras. Así que hace algunos meses emigró a Londres, gracias a su pasaporte europeo, para estudiar inglés.
Ahora está terminando el curso y como Europa no le gusta para vivir y
no quiere volver a Venezuela, iniciará los trámites para radicarse en
Uruguay.
El Pais
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