Mit zwei Kandidaten im Rennen, Tabaré Vázquez und Luis Lacalle Pou, an diesem Sonntag geht es in die zweite Runde.
Llegó la hora. Tal vez quede un poco más de tiempo para que los indecisos de siempre se inclinen por alguna de las opciones, que, esta vez, son pocas. Pero llegó la hora. Hoy los uruguayos vuelven a las urnas a elegir, por tercera vez en la historia, al presidente de la República mediante un balotaje. Los habilitados mayores de 18 años son 2.620.791.
Hay dos candidatos en carrera para llegar a la Torre Ejecutiva. Representan dos modelos distinto de país, según se encargaron de marcarlo. Tabaré Vázquez (74 años) se acercó al 50% de apoyo en las elecciones de octubre. Su retador es Luis Lacalle Pou, el joven político de 41 años que se atrevió a desafiar a los que le dijeron que no era su momento, entre ellos su padre, el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera. Precisamente, Lacalle Herrera estuvo en el anterior balotaje cuando fue vencido, con una considerable distancia, por el actual presidente José Mujica. Los mismos dos modelos que hoy se ponen a consideración de la ciudadanía estuvieron en aquel entonces en discusión, incluso con candidatos que representaban más a los extremos.
Vázquez tiene experiencia en participar en balotajes. De hecho, el primero, en el año 1999, fue entre él y el colorado Jorge Batlle. Ganó el líder de la Lista 15 con los votos que aportaron los blancos. Desde ahí, el tripardismo de blancos, frentistas y colorados, comenzó a dar paso a dos bloques. De un lado, se ubicó la izquierda encarnada por el Frente Amplio, y del otro, los partidos fundacionales: Nacional y Colorado, que cuando pueden unen fuerzas.
La actual campaña también mostró estilos diferentes que tienen que ver con la forma de ser de los líderes y también con las estrategias de comunicación que eligieron los comandos. El oncólogo Vázquez presentó sus propuestas en una serie de ciclos llamados “Uruguay por más” y encontró espacios para ser confrontativo desde arriba de los estrados. Eligió no participar en debates. Su experiencia más recordada en esas lides fue cuando se enfrentó por televisión, en 1994, a Julio María Sanguinetti. Esas elecciones las ganó el colorado, segundo entraron los blancos con Alberto Volonté –que quedó a 23 mil votos de diferencia–, y tercero se ubicó Vázquez, a 35 mil votos del primero.
Lacalle Pou se cansó de pedir el debate pero no tuvo suerte. Vázquez le dijo que no. El líder blanco mantuvo su línea “por la positiva”. Tras el resultado del 26 de octubre donde los blancos obtuvieron el 30,9%, el candidato fue fiel a su estilo y fueron los dirigentes, sobre todo su compañero de fórmula, Jorge Larrañaga, los que salieron a pegarle a la izquierda.
En medio de una apatía generalizada de los militantes –con la excepción de los actos finales del jueves pasado– se llegó a este domingo de elecciones con todas las encuestas asegurando que Vázquez ganará. De ser así, además de la Presidencia obtendrá la mayoría en el Senado. En Diputados ya la consiguió en octubre.
La militancia jugó su rol en las calles con menos fervor que en elecciones anteriores. Las redes sociales estuvieron activas y hacia ahí parece desviarse el bullicio. El ánimo de los militantes también fue otro. Los frentistas se sintieron ganadores sin hacer olas, y los blancos asumieron que el partido era difícil. “Difícil pero no imposible”, se encargó de repetir Luis Lacalle Pou.
El sistema electoral implicó que en las elecciones de octubre último compitieran siete candidatos a presidente y se renovó la totalidad del Parlamento. Cinco partidos tendrán representantes en las cámaras. Por primera vez la Unidad Popular consiguió un diputado y el Partido Independiente un senador. De esos comicios salieron las fórmulas que hoy se ponen a consideración: Tabaré Vázquez y Raúl Sendic, y la conformada por Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga. Las papeletas tienen sus nombres y sus rostros. También se podrá votar en blanco o anulado.
Los presidenciables repetirán hoy rutinas respecto a octubre.
Lacalle Pou recorrerá algunas localidades de Canelones antes de votar en el liceo Guadalupe de la capital canaria. Tabaré Vázquez volverá a su viejo barrio de La Teja para votar en el club Arbolito, pasará por lo de su hermana, que vive en esa zona, y regresará a su casa del Prado para almorzar en familia. A la noche, ambos estarán en sus comandos.
En unas horas, antes de terminar este día, más allá de las especulaciones, de las proyecciones de las encuestas, de la esperanza de cada uno, de lo que dijeron los dirigentes, se sabrá a ciencia cierta a quién eligieron los uruguayos para ser el futuro presidente y vicepresidente. Después, con los números a la vista, comenzarán otras especulaciones, pero eso será otra historia que empieza mañana.
El Pais
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